jueves, 23 de mayo de 2013

Las TIC`s y los nuevos paradigmas educativos: la transformación de la escuela en una sociedad que se transforma. Una reflexión inicial educativa.

Bueno, antes que nada, debemos reconocer que la educación a nivel mundial, sobre todo en los países latinoamericanos, se está quedando atrás  Curiosamente, existen muchos autores y personajes que, si bien conocen el problema al cual no estamos enfrentando todos, francamente no realizan esfuerzo alguno para mejorar y continúan encerrados en los mismos paradigmas de sus tiempos sobre la educación.

Pero, ¿realmente sabemos lo que es un paradigma?, antes de continuar lo mejor sería dejar en claro lo que esto significa. Para no hacer tan largo esto, un paradigma es una clase de ejemplo o modelo, algo que en su estructura ya está preconcebido, por ejemplo, la frase "la gente nunca cambia", es muy sencilla pero sin embargo, constituye un sin fin de creencias y juicios que guía nuestro comportamiento y determinan algunas de nuestras acciones, en fin, un paradigma vendría siendo un conjunto de creencias y juicios, prejuicios que la sociedad misma se impone como verdaderos y de conocimiento universal.

De todo esto, en el ámbito educativo, existen infinidad de paradigmas, hablando especialmente en México, el país donde radico, el paradigma que más sigue predominando las mentes inmaduras de nuestra sociedad es, referente al docente, que debe poseer el conocimiento universal, es decir, que lo sabe todo. Otros más como, "usted es el profesor, debería saberlo" o "cómo es posible que se equivoque si es profesor" haciendo referencia a que un profesor, maestro, nunca debe equivocarse, u otros más que son aún más profundos como que "el maestro o profesor debe decirte como hacer las cosas para eso está", haciendo alusión al clásico de que profesor o bien, para no confundir, el docente, es quien debe decirte como hacer las cosas, dejando de lado el verdadero aprendizaje, el aprender a aprender.

Es muy cierto lo que menciona el autor, Roberto Carneiro, con el primer paradigma de "La educación como industria", la educación no es un mero procedimiento en el cual el docente debe ir diciendo como hacer las cosas o de qué manera está bien o está mal y prejuzgar por una mera nota, el docente debe tener como obligación principal, aunque no solo el docente, igualmente la sociedad y el mismo alumnos, de aprender a criticar constructivamente  a conocer y saber porque hacerlo de esa manera y si es posible encontrar nuevas alternativas para mejorar dicho proceso de aprendizaje, en términos simples como diría personalmente, "ayudarlos a pensar y no solo a repetir". Básicamente hay que cambiar la idea de que la escuela es meramente una semejanza de una fábrica donde entran personas y salen profesionales técnicos o "profesionistas" que lo único que hacen es repetir tales procesos sin incentivar las habilidades creativas e imaginativas del ser, más bien, debe de darse a la idea que el fin es proveer un servicio de mejora continua que permita la colaboración y a la vez el trabajo individual reconociendo la importancia del trabajo social, ser aprendices unos de otros o como menciona el autor: "cada uno es responsable de aprender con el otro; cada uno es responsable de educar al otro" ayudando así a mejorar la integridad de conocimiento de las personas y las comunidades.

El segundo paradigma sobre “escuelas que aprenden”, Peter Senge, en su investigación de escuelas que aprenden - creo en lo personal es lo más importante de este paradigma, que bueno, es el punto central - menciona que, resumido en "disciplinas", el aprendizaje de las organizaciones educativas, debe ser resultado de un proceso que va desde la persona, el dominio personal, hasta un pensamiento sistemático  Para mi comprensión, es necesario clarificarnos primero nosotros como individuos orientando hacia resultados por medio de objetivos realistas, contemplar y esclarecer una visión compartida de mutuo acuerdo con objetivos compartidos y comunes, reflexionar sobre nuestras percepciones y actitudes frente a otros y nosotros mismos, concientizarnos propiamente; fomentar un trabajo en equipo que permita un incremento en nuestro aprendizaje y llevar emprender un pensamiento sistemático para propiciar y conseguir una comprensión más amplia del todo, constituyéndolo en hábitos cotidianos.

El tercer paradigma “la construcción de los aprendizajes”, lo voy a mencionar más que nada, según mi idea primordial de lo que sería mejor para nuestro proceso de aprendizaje y fundamentado en diversas experiencias profesionales, de las cuales, complementando con la actual lectura, he podido confirmar más aún.

El modelo pedagógico o educativo que nos rigue, es propiciado por las ciencias administrativas, - que más que ciencias con técnicas que permiten una mayor eficacia de los procesos de producción industriales- y por tanto a la escuela se le da una imagen social de una “fabrica del conocimiento” y por ende a los alumnos se les pretende enseñar mucho, atarearlos de asignaturas y conocimientos meramente objetivos y que al final son evaluados por medio de pruebas muy objetivas con mediciones simplistas, para saber si son aptos o no de incorporarse a la industria en la cual se ha convertido la sociedad. Más que nada el aprendizaje no es meramente similar a “llenar de aprendizajes posteriores, comprobados y afirmados mediante un riguroso proceso científico a cada alumno y ver si son capaces de reproducirlo, como una grabadora leyendo un disco compacto” más bien el conocimiento como lo menciona Marget Piaget, o mejor dicho el conocer, implica una actividad tan compleja que no puede ser separada del individuo y que involucra capacidades tanto cognitivas como emocionales. Como menciona el autor: “El aprendizaje se vuelve tanto más “rico” cuanto mejores sean las competencias de autor regulación del aprendiz: metacognitivas, metaemocionales, metamotivacionales y metasociales”.

Así que realmente tenemos muchísimo trabajo por delante y lo primero que debemos atender es todo aquel paradigma perjudicial para concebir a la educación, el aprendizaje y el conocimiento como más que solo un proceso más en la vida y entenderlo mejor como parte integradora del ser que nos acompaña desde el nacimiento hasta nuestros últimos días.




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